lunes, 14 de abril de 2008

Mi Lugar (por Jackie)

El lugar que elegí es el cerro de los 7 colores, en Purmamarca, Jujuy

Por qué lo elegí?
Fui a Jujuy para mi cumple del año pasado, en octubre, y la verdad es que quede maravillada con el lugar. El paisaje es hermoso, el cerro parece de otro planeta, la tranquilidad del lugar, todo en general hacen que Purmamarca sea un lugar realmente recomendable para ir a visitar.

Un poco de información:
Su mejor vista se logra a unos 400 metros antes de ingresar al pueblo, sobre la ruta. Producto de una compleja historia geológica, sus distintas capas de colores son el resultado de los sedimentos marinos, lacustres y fluviales que desde hace 600 millones de años se fueron depositando en la zona, y que luego, por movimientos tectónicos, adquirieron la ubicación actual.

Su increíble belleza hizo de él la imagen de difusión de la Argentina turística en todo el mundo y sirvió de marco a innumerables comerciales y espectáculos nacionales e internacionales.

El Pueblo de Purmamarca: (denominación que en lengua aimara significa "Pueblo de la Tierra Virgen") es una vistosa aldea esta circundada al norte por el río Purmamarca y hacia el sur por los cerros que conforman la quebrada que lleva el mismo nombre. La pequeña población adquiere una atracción especial porque se encuentra ubicada a la base de los imponentes y majestuosos cerros multicolores. Sus construcciones pertenecen al siglo XVII, lo que brinda una visión interesante del origen prehispánico.
Su pintoresco trazado urbano fue realizado en torno a su Iglesia principal de llamativo estilo clásico quebradeño. La antigua iglesia, declarada Monumento Histórico Nacional y que data de 1648, posee exteriormente muros de adobe y una típica carpintería de cardón en su interior. De nave única y angosta, cuenta con interesantes imágenes y pinturas cuzqueñas del siglo XVIII que la llenan de historia y tradición dentro del Circuito de la Quebrada. Esta iglesia fue consagrado a Santa Rosa de Lima y detrás de ella se alza el renombrado cerro de los Siete Colores que deleita a todos los visitantes que pasan por la ciudad.
La feria artesanal funciona permanentemente y en la cercanía de la plaza los vendedores locales presentan alfombras confeccionadas a mano, diversas tallas de maderas, indumentaria regional, vistosas vasijas y hasta variedades de plantas medicinales.
La imponente Quebrada de Humahuaca, paradisíaco paraje de nuestro país declarado Patrimonio de la Humanidad, es el eje de esta pintoresca área por la que corre el Río Grande.
En toda la zona las casas se destacan por ser de adobe, amasadas de tierra y paja donde poblados de la época colonial se desarrollaron en relación con significantes asentamientos prehispánicos, donde las calles fueron trazadas nuevamente a fines del siglo XIX.
Persiste así por la zona costumbres prehispánicas importantes en las celebraciones comunitarias donde participa todo el pueblo como las fiestas patronales: los misachicos, el culto devoto a los difuntos, los pesebres vivientes, la Semana Santa. También es muy importante el culto a la Pachamama y otros ritos anteriores ala colonización, se puede observar como conviven las apachetas indígenas con las iglesias coloniales por todo el área.
La música también es protagonista principal en esta zona donde es ejecutada con instrumentos propios como: sikuris, quena, caja, erque, erquencho y charango.
El carnaval, en rápido ciclo entre el desentierro y el entierro, se desenvuelve en todos sus pasos, también con entusiasta participación popular.
La pequeña localidad adquiere relevancia en la zona por el admirable paisaje montañoso y además por contar con infraestructura de alojamiento, gastronomía y excursiones.

“Yo he nacido en este pueblo
de toditos los colores
donde el agua clara y fresca
apaga la sed de amores”












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Juan Pérez de Zurita
conquistador de Jujuy


Uno de los conquistadores fue Juan Pérez de Zurita, quien al parecer era de nuestra tierra y como dice Don José de la Torre también llamado Juan Pérez de Zorita (c. 1516-c. 1595), y según consta en documentos del Archivo de Protocolos, éste vio la luz en el año 1.516. Era hijo de Alonso Díaz de Zurita, natural de Cañete de las Torres y de doña Inés Fernández de Córdoba.

En 1.536 inicia su carrera militar. En 1.548 se encontraba en Granada y quizá en 1.550 debió embarcar para las Indias con su hermano Alonso de Zurita. En 1.553 debió pasar al reino del Perú con motivo del alzamiento de Hernández Gijón.

A principio de 1.557, por orden del Virrey Hurtado de Mendoza y formando parte de una expedición de 700 soldados, se traslado a Chile. Desde allí y al mando de 70 hombres con cargo de Teniente de Gobernador y Justicia Mayor pasó a las provincias de Tucumán, Juries y Dieguitas.

Mas tarde, atravesó la cordillera de los Andes y llegó a Santiago de Estero. A mediados del año siguiente salió para el valle de Quinmivil y estableció la ciudad de Londres. En 1.559 puso los cimientos de la ciudad de Córdoba y en 1.560 fundó la de Cañete, en recuerdo de la patria de sus ascendientes.

En 1.561 el nuevo gobernador de Chile designó un nuevo teniente en la provincia de Tucumán para sustituirle y gracias a su ineptitud y cierta grave ofensa que hubo de inferir al cacique de Calchaqui, los feroces indios cayeron por millares y destruyeron, para siempre, las tres ciudades.

Posteriormente fue trasladado, contra su voluntad, a Chile, prestando señalados servicios a los gobernadores don Pedro de Villagrá y don Rodrigo de Quiroga. En 1.571, el Virrey de Perú, don Francisco de Toledo, le dio provisión para fundar dos poblaciones en la gobernación de Santa Cruz de la Sierra.

Estuvo casado con doña Jeronima de Mena y Saldaña. Es posible que falleciera en La Plata hacia el año 1.584.




1 comentario:

Roberto Perfumo dijo...

Me sorprendio gratamente el blogg, son muy interesantes todas las notas, y muy linda la descripción y las imágenes del cerro.
Roberto Perfumo